Del espacio lúdico al espacio pedagógico - Doctor Sonrisal


Este es el espacio, como ámbito y tiempo, donde el niño junto a un adulto, preferentemente papá y/o mamá, se reúnen para compartir un momento de diálogo y placer.
Placer porque jugamos con… y diálogo porque lo hacemos con…
Esto es compartir mi realidad y la tuya en “ESE” momento, más allá del trabajo, la comida, la tele, o los problemas que nos aquejan.
Es el momento en que intercambiamos experiencias y vivencias, anécdotas e historias.
Es el momento de enseñar y aprender, de la vida a la escuela.

Es “ESE” y no otro momento en el que nos prodigamos mutuamente, sólo para nosotros.
Aquí está el secreto del hábito, la costumbre, de mi lugar, de nuestro lugar, de nuestro tiempo.
Si el niño juega con su familia en ese espacio, luego podrá estudiar en el mismo.
¿Por qué? Porque él ya sabe que compartirán ese tiempo entre “todos” y que es el momento, no como un compartimento estanco divorciado de la vida cotidiana, sino más bien, como ese rato tan particular donde nos disponemos para estar .
De allí que afianzaremos nuestro vínculos y sabremos interpretar caras, miradas, palabras expresiones.
Cuando un niño de 3 o 4 años se habitúa a esto, por el lapso de tiempo que lo logre, sabrá que compartirán algo especial, sorprendente y también porque no un poco aburrido, el tiempo del aprendizaje.
Marcelo C. Marquez, Psp.
http://diarioeduca.me/marcelo-marquez/del-espacio-ludico-al-espacio-pedagogico  

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