Abre el apetito, además de reducir el estrés y mejorar el funcionamiento del sistema inmune
Un equipo de investigadores estadounidenses ha constatado en un estudio reciente que la risa produce cambios en dos hormonas relacionadas con el apetito: la leptina y la grelina, y que aumenta el hambre de la misma forma que lo hace el ejercicio físico moderado. La presente investigación se une a un amplio conjunto de estudios que demuestran el poder de la risa para mejorar la salud humana, tanto física como mental. Un estudio de tres semanas de duración, dirigido por el investigador especialista en psiconeuroinmunología de dicha universidad, Lee S. Berk.-
.
La risa como tratamiento
Según los científicos, estos resultados sugieren que la risa puede causar ciertos cambios en nuestro organismo, lo que podría aprovecharse para el desarrollo de futuros tratamientos para personas que no pueden hacer ejercicio físico pero que tienen que aumentar su apetito.
Por ejemplo, sería el caso de muchos pacientes ancianos que se vuelven depresivos y, en combinación con la falta de ejercicio físico, dejan de tener hambre, lo que pone en peligro su salud y su bienestar.
Una situación similar suele darse entre las personas viudas, que sufren depresión y pérdida del apetito tras la pérdida de su pareja, o en los pacientes con dolores crónicos, que pierden el hambre como consecuencia de los cambios químicos que les provoca en el cuerpo el dolor continuo.
Aunque la risa resulte inimaginable para las personas con depresión o dolor crónico intenso, lo cierto es que resulta una alternativa accesible como punto de partida para la recuperación del apetito y, por tanto, para la progresiva recuperación de la salud, explican los investigadores.
Efectos positivos en todo el organismo
Desde los años 80, Berk y sus colaboradores se han dedicado a analizar el papel de la risa como regulador de ciertas respuestas orgánicas. Según afirma el investigador, los resultados obtenidos en sus investigaciones demuestran que nuestros comportamientos cotidianos y nuestras emociones modulan el cuerpo de muchas maneras.
Estos investigadores fueron pioneros en establecer, por ejemplo, que la risa ayuda a optimizar las hormonas del sistema endocrino, incluso reduciendo los niveles de cortisona y epinefrina (hormonas relacionadas con el estrés).
Por otro lado, los científicos también han demostrado que la risa tiene efectos positivos en la regulación del sistema inmune, porque incrementa la producción de anticuerpos y la activación de ciertas células protectoras del organismo, como los linfocitos o los linfocitos T citotóxicos responsables de la inmunidad celular e importantes para evitar la formación de tumores.
Por último, los estudios de Beck y de sus colaboradores han demostrado también que las carcajadas o risas alegres repetitivas mejoran el estado de humor, reduce los niveles de colesterol en sangre y regula la presión sanguínea.
En la actualidad, existe ya todo un método de curación basado en la risa, la Risoterapia, que se está utilizando como fuente de relajación y de rejuvenecimiento, así como de tratamiento del estrés y de las depresiones; como método de adelgazamiento y de curación del insomnio o de problemas cardiovasculares y respiratorios, entre otros fines.
Según los científicos, estos resultados sugieren que la risa puede causar ciertos cambios en nuestro organismo, lo que podría aprovecharse para el desarrollo de futuros tratamientos para personas que no pueden hacer ejercicio físico pero que tienen que aumentar su apetito.
Por ejemplo, sería el caso de muchos pacientes ancianos que se vuelven depresivos y, en combinación con la falta de ejercicio físico, dejan de tener hambre, lo que pone en peligro su salud y su bienestar.
Una situación similar suele darse entre las personas viudas, que sufren depresión y pérdida del apetito tras la pérdida de su pareja, o en los pacientes con dolores crónicos, que pierden el hambre como consecuencia de los cambios químicos que les provoca en el cuerpo el dolor continuo.
Aunque la risa resulte inimaginable para las personas con depresión o dolor crónico intenso, lo cierto es que resulta una alternativa accesible como punto de partida para la recuperación del apetito y, por tanto, para la progresiva recuperación de la salud, explican los investigadores.
Efectos positivos en todo el organismo
Desde los años 80, Berk y sus colaboradores se han dedicado a analizar el papel de la risa como regulador de ciertas respuestas orgánicas. Según afirma el investigador, los resultados obtenidos en sus investigaciones demuestran que nuestros comportamientos cotidianos y nuestras emociones modulan el cuerpo de muchas maneras.
Estos investigadores fueron pioneros en establecer, por ejemplo, que la risa ayuda a optimizar las hormonas del sistema endocrino, incluso reduciendo los niveles de cortisona y epinefrina (hormonas relacionadas con el estrés).
Por otro lado, los científicos también han demostrado que la risa tiene efectos positivos en la regulación del sistema inmune, porque incrementa la producción de anticuerpos y la activación de ciertas células protectoras del organismo, como los linfocitos o los linfocitos T citotóxicos responsables de la inmunidad celular e importantes para evitar la formación de tumores.
Por último, los estudios de Beck y de sus colaboradores han demostrado también que las carcajadas o risas alegres repetitivas mejoran el estado de humor, reduce los niveles de colesterol en sangre y regula la presión sanguínea.
En la actualidad, existe ya todo un método de curación basado en la risa, la Risoterapia, que se está utilizando como fuente de relajación y de rejuvenecimiento, así como de tratamiento del estrés y de las depresiones; como método de adelgazamiento y de curación del insomnio o de problemas cardiovasculares y respiratorios, entre otros fines.
http://www.tendencias21.net/La-risa-provoca |
No hay comentarios:
Publicar un comentario