Hoy día, los expertos han mostrado la influencia que tiene el pensamiento sobre el bienestar físico y emocional de una persona. De hecho, muchas personas que tienen una excelente salud a nivel físico sienten malestar en muchos momentos como consecuencia del efecto que un pensamiento equivocado produce sobre el sentimiento.
Lo cierto es que la mente humana, mediante la imaginación tiende a imaginar situaciones difíciles que luego en la realidad son más fáciles de afrontar. Este es uno de los motivos por los que no debemos posponer durante mucho tiempo la realización de una acción importante sino que debemos afrontarla pronto. Más allá del resultado lo que de verdad debemos valorar es que el principio del cambio reside en uno mismo y en la actitud para afrontar un problema. De hecho, evitar una situación no hace más que aumentar el miedo que nos produce. Cuanto antes ponemos límites al temor mejor nos sentimos.
Sin duda, la autoestima es una de las claves de la felicidad. Una persona con un correcto amor hacia sí misma se cree merecedora de lo mejor. Siente que tiene posibilidades de encontrar un buen empleo, cree que puede encontrar el amor correspondido y confía en su suerte. Esta forma de vivir limita el temor al mínimo mientras que la inseguridad que produce una baja autoestima es difícil de sobrellevar a largo plazo.
Una persona debe aprender a premiarse a sí misma. Estamos a acostumbrados a creer que esto podría resultar un gesto egoísta. Sin embargo, el cuidado de uno mismo es esencial. Cuando hemos realizado algo que nos suponía mucho esfuerzo debemos regalarnos un bien que nos agrada. Por ejemplo, si alguien ha tenido una entrevista de trabajo que ha afrontado de la mejor forma posible, puede decidir tomarse la tarde libre para ir al cine o quedar con un grupo de amigos. El premio ideal varía en función de los gustos de cada persona.-
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