Educar riendo
Cuando los niños son bebés hacerlos reír, robarles una sonrisa, es más sencillo. Basta con hacer alguna payasada para que ellos la liberen. Sin embargo, cuando comienzan a crecer la situación se vuelve un poco más difícil. Pero no solo porque quizás sean más exigentes en los medios para llegar a la sonrisa, sino también porque muchas veces los adultos nos centramos tanto en el papel de educarlos que nos ponemos muy exigentes con nosotros mismos y con ellos, olvidándonos de la risa y el buen humor.
Ya de por sí la risa es una expresión que otorga muchos beneficios: expresa alegría; activa la producción de endorfinas, transmisores químicos que aportan al cerebro alivio y bienestar; libera tensiones; aumenta la captación de oxígeno; crea un ambiente positivo y cordial; y nos ayuda a poner los problemas en perspectiva. Pero si además logramos incorporar esta expresión de manera corriente en nuestra vida cotidiana y en nuestra relación con nuestros hijos u otros niños veremos que también generará muchos beneficios en su educación
Debemos ser conscientes de que tanto la alegría como el buen humor también se educan. Veamos algunas actividades que pueden servir para entablar momentos de risa y buen humor entre los padres y sus hijos.
- Jugar a la guerra de cosquillas.
- Jugar a la guerra de almohadones.
- Jugar a las escondidas dentro de casa.
- Hacer ejercicios físicos juntos.
- Ver juntos películas cómicas.
Contar chistes. - Leer juntos tebeos o cómics divertidos.
- Hacer preguntas absurdas, por ejemplo: ¿alguien quiere un helado de papas?
- Contar anécdotas de nuestra infancia.
- Recordar las cosas divertidas que nuestros hijos hacían cuando eran bebés.
Bárbara Hirtz
http://www.eliceo.com/educacion/educar-riendo.html
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