¿Más risas en el centro educativo? ¿Y si la realidad en la que trabajamos no nos invita a la risa? ¿Qué tiene que ver la risa con el aprendizaje? En este articulo vamos a hablar del humor como una de las herramientas fundamentales para la educación emocional de los maestros.
La alegría y el afecto son las dos emociones que más favorecen el aprendizaje, por eso, es bueno que irradiemos buen humor y cariño, no sólo con los alumnos sino con toda la comunidad educativa. Pero como nadie puede dar lo que no tiene... empecemos por nosotros mismos.
Una de las maneras universalmente conocidas para trasmitir buen humor y los sentimientos positivos es a través de la risa y de las sonrisas. Os proponemos incluir más risas en el aula durante estas prácticas, aquellas que son fruto de la alegría auténtica y el entusiasmo, y no de la ironía o de ridiculizar a los demás.
La ironía nunca es una buena estrategia, ya que esconde un doble mensaje. Por ejemplo, cuando le decimos a un niño sonriendo ¿Te importaría quedarte sentado? le estamos diciendo dos cosas: " Puedes elegir qué hacer" y "Si no lo haces, atente a las cinsecuencias..."
Esta segunda parte del mensaje trasmite sentimientos negativos, confunde y es una forma sutíl de maltrato que es necesario evitar.
La risa tiene efectos positivos a nivel de vínculos humanos, ya que la alegría siempre queremos compartirla con los demás y nos reímos ,ás cuando estamos acompañados que cuando estamos solos. La risa tiene tambiñen un componente imitativo; generalmente, cuando alguien se ríe, nos contagia y también nos reímos.
Sonreír o reír tiene también efectos positivos sobre nuestro sistema inmunológico. Hay diversos estudios que muestran cómo el hecho de generar emociones positivas facilita la recuperación de pacientes con enfermedades graves. En lo cotidiano, el buen humor relaja, abre, oxigena y permite que las tensiones se liberen y que, por tanto, nuestra mente también se destrabe.
Otro aspecto importante a considerar es la relación que existe entre autoestima y buen humor; a mayor autoestima, mayor grado de buen humor y viceversa. El reírse de uno mismo es una saludable manera de afrontar las dificultades que todos tenemos para alcanzar nuestras metas y de acallar al crítico interior que no nos permite equivocarnos.
Sonreír y adoptar una postura corporal relacionada con la alegría y el bienestar, como el pecho abierto y la columna estirada pero sin tensión, generan emociones positivas, ya que hay una retroalimentación permanente entre nuestro cuerpo y el modo en el que nos sentimos. Si descubrimos que nuestra cara está triste (las comisuras de los labios hacia abajo), nuestro pecho está hundido y la columna se encorba, no hay duda de que nos sentimos cansados, tristes y agobiados por algo.
Probemos, simplemente, a cambiar la postura del cuerpo, a sonreír, y veremos cómo los sentimientos cambiarán hacia otros más positivos. Las abuelas nos decían "cambia la cara" y ¡parece que tenían razón!
Una actividad que se llama " El almacén de la risa", extraída del libro La educación emocional del profesorado, de Inma Hernández nos ayudará a organizar muchos pensamiendos diveritdos.
Busca en tu pasado situaciones que te hagan reír, ahora, cuando ya eres capaz de contemplarlas con la distancia necesaria. Introduce esas situaciones divertidas en frascos mentales. Esa será tu reserva de buen humor. Imagina que esos recuerdos divertidos también huelen bien. El frasco tiene un tapón de corcho y, que cuando lo destapas, te invade un ánimo distinto, como una fragancia de sentimientos positivos. Una vez que tengas tu propio almacén mental de risa, ensaya: actívalo hoy mismo. Abre los frascos y deja que su fragancia te ayude a desviar los pensamientos negativos que puedas tener. De este modo estarás reeducando los pensamientos a favor de tu desarrollo personal. ¡Recuerda destapar el frasco cuando lo necesites!
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