SONRISAS PELIGROSAS



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Si hay algo que le hace bien a nuestra salud y es totalmente económico y simple de lograr es una sonrisa. Ya hemos hablando en otramedicina sobre los beneficios de la risoterapia. Pero, ¿reírnos mucho puede hacernos daño? La clásica sonrisa lograda por medio de una sesión agotadora de cosquillas sí puede causar daño. Cuando nos hacen cosquillas suavemente son placenteras, pero si duran mucho o son muy intensas pueden ser molestas.
Las cosquillas son una reacción de autodefensa del organismo, son un instinto primitivo que obliga a reaccionar al cuerpo en las situaciones de peligro. Por ejemplo, para prevenir el ataque de una araña o un escorpión.

Cuando alguien nos hace cosquillas se produce el siguiente mecanismo: la señal que se genera por la estimulación de los receptores táctiles de la dermis viaja hasta dos regiones del cerebro; una es la corteza somatosensorial, que es la que procesa el tacto y la otra es la corteza cingulada anterior, que es la que produce la sensación agradable.
Son las neuronas de las áreas anteriormente mencionadas las que desencadenan una respuesta inmediata en forma de movimientos corporales bruscos y esa risa nerviosa que no podemos controlar.
Si estas reacciones interfieren en la regulación de los músculos involuntarios que controlan la respiración se pueden dar espasmos que terminen en asfixia. Si la persona sufre problemas del corazón, el estrés que genera el cosquilleo puede ocasionar un fallo cardíaco.
Los dos casos de “muerte por cosquillas” son extraños, pero no por eso menos preocupantes ni atendibles. Así que la próxima vez que te digan “basta, basta, por favor” aunque la persona se esté riendo, deberás prestar más atención. La  es una excelente técnica de relajación, pero no hay que confundirla con una inagotable sesión de cosquillas.

Escrito por fLOR B.


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