Ríete y serás feliz, parece ser la consigna de médicos y psicólogos que usan el buen humor como terapia. La tristeza atrae los virus; el buen humor, en cambio, los ahuyenta. Ello ha llevado a utilizar la risa como terapia capaz de aliviar los males de la depresión o enfermedades irreversibles como el cáncer o el SIDA.
Un minuto de risa sana y natural no histérica equivale a 45 minutos de yoga o relajación, según el psicólogo José Elías. Elías es gran defensor de la risa no sólo como terapia de la ancianidad o del dolor, sino también de la educación infantil. Este psicólogo escribe: Hay que enseñar a los niños a que no repriman la risa, ya que un niño que no juega ni se ríe, debe ponernos en guardia. Alguna vez se ha dicho que la sonrisa del niño es la mejor señal de que Dios aún confía en el hombre.
También Mario Satz especialista en religiones comparadas cree que la risa ayuda al ser humano a liberarse de sus males psíquicos y físicos. Y recuerda que los maestros taoístas y chinos aseguran que la sonrisa interior, de la que debe ser un reflejo nuestro rostro, regenera los órganos irritados por la tensión o el estrés. Un depresivo que consiga reírse empezará a ver la vida con más optimismo, con esperanza.
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