Cada vez está más de moda la “Vida Slow”, una propuesta europea que tiene como objetivo, lograr un cambio cultural y recuperar el verdadero sentido de las cosas. ¿Pero cómo hacemos para concretar semejante meta? Resulta que no es tan difícil como parece a primera vista. Los promotores de este nuevo estilo de vida señalan que con pequeñas acciones, podemos revalorizarnos a nosotros mismos, logrando efectos renovadores.
Uno de los principales lemas del movimiento por la desaceleración, es el reemplazo de las comidas rápidas o Fast foods, por comidas más sanas, identificadas como “Slow foods”. La dieta incluye la ingesta de alimentos equilibrados como cereales, frutas, verduras y mucha agua. A esto se le suman las caminatas al aire libre con una compañía agradable, la utilización del sol como fuente de energía natural, el ejercicio y el descanso apropiado.
Establecer y respetar espacios para la relajación, es una necesidad imperante para el hombre actual. Cada vez más son las personas que sufren de stress y trastornos psicológicos por no tener tiempo de encontrarse consigo mismos y con sus afectos, que son una fuente especial de recuperación.
¿Cuándo y cómo surge la movida Slow?
Los primeros en organizarse fueron un grupo de italianos en Roma, ante la inauguración de un local de McDonals en 1986. Por ese entonces iba creciendo, a la par del consumismo, un rechazo a los cambios en los hábitos alimenticios estimulados por la cultura de lo instantáneo. Se estaba comprendiendo la idea de que comer mal ponía en riesgo la salud y provocaba reacciones indeseadas en el organismo, como el mal carácter, el malestar físico y un menor rendimiento en las actividades que se querían realizar. Pasados 20 años, el Slow Life entra en vigencia nuevamente de la mano de la reivindicación del hombre como ser espiritual y práctico. Esta disciplina, que no propone la pasividad, brega por el contrario, por una nueva distribución de los valores y energías para concretar una mejor calidad de vida.
Algunos consejos:
• Respetar las horas de sueño para reponer la mente y el cuerpo.
• Ingerir frutas, verduras, pocas grasas y agua en mayor cantidad.
• Comer despacio, masticar bien y disfrutar de compartir el tiempo de alimentación.
• Hacerse un tiempo para estar con la gente que quiere y disfrutarlo.
• Desarrollar un hobby que distraiga y que de placer.
• Hacer ejercicios de manera moderada, tres veces por semana.
• Dejar de depender del reloj y apagarlo los domingos.
• No saturar la lista personal de actividades. La regla es “una por vez”.
• Cuando se esté de vacaciones, no apelar al consumismo. Relajarse, caminar y volver a sentir.
• Ingerir frutas, verduras, pocas grasas y agua en mayor cantidad.
• Comer despacio, masticar bien y disfrutar de compartir el tiempo de alimentación.
• Hacerse un tiempo para estar con la gente que quiere y disfrutarlo.
• Desarrollar un hobby que distraiga y que de placer.
• Hacer ejercicios de manera moderada, tres veces por semana.
• Dejar de depender del reloj y apagarlo los domingos.
• No saturar la lista personal de actividades. La regla es “una por vez”.
• Cuando se esté de vacaciones, no apelar al consumismo. Relajarse, caminar y volver a sentir.
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