El gateo, momento de transición previo al caminar de los bebes, tiene varias particularidades positivas para nuestros pequeños exploradores. Los niños suelen comenzar con estos simpáticos movimientos entre los 8 y 9 meses, otorgándoles una mayor autonomía y confianza en sí mismos, fundamental para su desarrollo físico, mental y afectivo.
El gateo continuado y armónico a su vez, favorece la capacidad respiratoria del bebé, aumentando la oxigenación de su cerebro. Esto proporciona además, una mejor preparación física para la articulación del lenguaje debido a la ampliación de su capacidad respiratoria: le resultará más fácil comenzar a balbucear. El gateo promueve también la coordinación ocular-motora, auditiva-motora y tactil.
Hay varias formas de estimular el gateo. Lo más importante es brindarles confianza y seguridad prestando especial atención para evitar los posibles riesgos que conllevan los desplazamientos. Para ello, habrá que despejar los espacios con objetos peligrosos o cortantes y ponerles una ropa cómoda para que puedan sentirse más libres con sus movimientos.
El gateo lleva al niño a continuar descubriendo el mundo y a conocer lugares nuevos de su propio hogar a los cuales antes no accedía. Si bien los padres tendrán que estar más atentos a las direcciones que elija su pequeño, tendrán que evitar generarle inseguridades ante posibles peligros. Utilizar estos momentos de manera positiva será la mejor opción, indicándoles y reiterándoles cada vez que sea necesario, qué es lo que no deben tocar (enchufes, objetos calientes, cables, etc).
La estimulación puede complementarse con aquellos juguetes que sirvan para desarrollar la coordinación motora: pelotas, cilindros, o cualquier objeto con ruedas que se desplace cuando el bebé lo empuje. Pueden utilizarse mantas didácticas, colchas o fundas sobre el piso para el traslado y a su vez, protegerlo de la temperatura del piso al principio.
Otra forma de estimularlos es colocando sus juguetes preferidos alejados para que ellos mismos sean los que tengan que alcanzarlos. Colocar almohadas o cajas en su camino ayudará a que fortalezcan sus músculos ya que tendrán que esquivarlos y empujarlos para continuar con su interesante exploración.
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