Existen aplastantes evidencias a favor de los beneficios del sexo en la salud, por ejemplo, ayuda a quemar calorías, ya que tener un interludio amoroso de alrededor de treinta minutos quema 85 calorías o más. El sexo también mejora la autoestima, baja la presión arterial, reduce el estrés y mejora el sistema inmunológico,inhibiendo el crecimiento de tumores y aumentando los niveles de inmunoglobulina A o IgA, que puede proteger de los catarros y otras infecciones.
En las mujeres, fortalece los músculos del piso pélvico, reforzando así la zona que ayudará a minimizar el riesgo de incontinencia urinaria en el futuro. Además, la oxitocina se desprende en grandes dosis y causa el incremento de los niveles de estrógeno, que mejoran los huesos y el sistema cardiovascular.
En los hombres, especialmente en los jóvenes, las eyaculaciones frecuentes disminuyen el riesgo de padecer cáncer de próstata en etapas más avanzadas de su vida.
Por otra parte, no sólo aumentan los niveles de la oxitocina, si no que otras hormonas también se disparan durante las relaciones sexuales. Como la testosterona que aumenta, tonificando los huesos y los músculos, y promoviendo el cuerpo con “colesterol bueno”. Asimismo, se liberan las endorfinas, que son los analgésicos naturales del organismo, de ahí sus efectos calmantes de dolores de cabeza, de cervicales, de artritis… La DHA, se segrega antes de llegar al orgasmo mejorando la cognición. El efecto de todas estas hormonas protege el corazón y alarga la vida. De este modo, una vida sexual activa ofrece múltiples ventajas.
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