Aseguran que la existencia de un clima laboral positivo es uno de los factores más valorados por los empleados al momento de decidir conservar su empleo.
La verdad es que en la enorme mayoría, a menos que se tenga un bromista en el equipo, el buen humor es un bien escaso, y eso es un dato altamente negativo que los directivos deberían tener en cuenta.
Dos profesionales españoles, Jesús Fernández Solís y Eduardo Jáuregui Narváez, ofrecen consultoría respecto a las aplicaciones del humor en el ámbito laboral y su visión es que la unión del trabajo y la diversión no sólo es posible, sino que además puede generar un clima laboral óptimo, una poderosísima energía creativa-productiva y una fuerza de atracción irresistible.
La investigación científica ha confirmado que un uso adecuado del humor puede producir efectos positivos a nivel individual y colectivo. Estos efectos se traducen en importantes beneficios para las empresas que desarrollan y canalizan sus propios recursos humorísticos.
Entre los beneficios directos que traería el buen humor en el ámbito laboral, se destacan: el aumento de la productividad, ya que se atrae y se retiene a los recursos humanos más valiosos, se potencia la salud y se optimizan las capacidades del empleado; el fortalecimiento de la motivación individual y colectiva, se estimula la innovación; optimización de la comunicación interna, se favorece el aprendizaje y cohesiona los equipos humanos.
Además traería un importante incremento en las ventas debido al fortalecimiento de las relaciones con los clientes. ¿Quién no ha buscado siempre al vendedor más simpático y agradable? El buen humor potencia el impacto persuasivo en las ventas y en el trabajo crea un entorno más agradable y humano para trabajar.
Lo cierto es que por varios motivos, el humor puede tener un gran poder persuasivo si se emplea eficazmente. En primer lugar, porque atrae la atención del público objetivo. En segundo lugar, porque la risa es un gran placer, y por lo tanto un "regalo promocional" perfecto: barato y eficaz. Y en tercer lugar, porque elimina o acorta la distancia entre el vendedor y el cliente, gracias a su efecto cohesivo.
Los dos especialistas explican que grandes pensadores, como Aristóteles, Platón o Freud estudiaron el fenómeno del humor, pero que hace aproximadamente 30 años que se estudian las aplicaciones en el campo del trabajo.
Estos estudios se enmarcan en un crecimiento mundial del tema. De hecho, la International Society for Humor Studies (ISHS, Sociedad Internacional para los Estudios del Humor) realizó más de 19 conferencias internacionales desde 1976.
Sin embargo hay que prestar atención ya que el uso incorrecto del humor puede provocar malos entendidos o entredichos. Por este motivo recomiendan el uso del humor de modo correcto y acertado.
Por Elisa Voegeli, licenciada en Psicología Organizacional y gerente de Sucursales de Consultores de Empresas SRL
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